El mijo es un cereal de pequeño tamaño y color amarillento que podemos utilizar en multitud de platos. El grano viene recubierto de una cáscara que hay que eliminar, ya que normalmente el mijo con cáscara se destina al consumo de aves.
Es rico en vitaminas B1, B3 y B6, hierro, magnesio y fósforo y ayuda a mantener equilibrados los niveles de colesterol. Además, su contenido en fibra regula el tránsito intestinal.
Por su efecto saciante, suele estar presente en las dietas adelgazantes. En este sentido, podemos emplearlo en sopas, pudines o postres y los más atrevidos incluso pueden hacer croquetas con él. Y en los postres y desayunos puede acompañar a productos como el yogurt o el muesli. Para cocinarlo, en un recipiente ponemos una medida de mijo por cada dos de agua a fuego medio. Una vez comience a hervir, lo dejamos cocer a fuego lento durante 15 minutos y listo. Su uso en la cocina suele similar al del arroz.
En cuanto a su conservación, es recomendable guardarlo en un recipiente herméticamente cerrado que evitará que pierda sus propiedades.
En resumen, podemos decir que el mijo pelado es un alimento completo, natural y saludable, que nos dará gran parte de esos nutrientes que necesitamos para llevar una vida sana y equilibrada.